Con Dios, el Ecuador está atravesando una crisis, igual o parecida a aquellas que ocurren en Venezuela, en Siria y en otros países del mundo. Estas crisis son producto de la lucha del bien contra el mal.
El mal aspira crear un golpe de estado y tiene de aliados a traficantes de drogas, a políticos corruptos que financian a pandilleros para caotizar todo tipo de desmanes en el país de las cuales son víctimas muchos ecuatorianos.
No debemos permitir que nos intimiden, no debemos permitir tener miedo, porque el miedo es la falta de fe, y estamos con el bien, estamos con Dios que siempre sale victorioso.
Por eso, ecuatorianos, es el momento de guardar la calma, es el momento de apoyar a la Fuerza Pública, a las Fuerzas Armadas, al Gobierno, y a todos aquellos que queremos el bien.
Yo lo haré con toda mi fuerza, con toda mi alma, con todo mi corazón, con mi dinero y con todo lo que tengo para poder restablecer al Ecuador al estado de calma que se merece.
Ahí ya tendremos que sentarnos a planear un nuevo Ecuador. Unidos todos los ecuatorianos sin importar su ideología política, su raza o su religión. Para por fin convertir en realidad mi aspiración de que el Ecuador sea un país con un gran nivel de educación, con un gran nivel de trabajo, con un gran nivel tecnológico, con grandes conocimientos genéticos, porque hacia allá va el mundo, hacia el progreso y el Ecuador es uno de los países donde hay más recursos naturales por personas del mundo entero. Aprovechémoslo, saquemos adelante este país de una vez por toda y dejemos atrás a todos y aquellos dictadores, a todos aquellos golpistas, a todos aquellos traficantes que quieren la destrucción del país.
Los venceremos. Gloria a Dios, viva el Ecuador.